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jueves, 29 de septiembre de 2016

La propuesta francesa de asociar el análisis del capital en Marx con la biopolítica en Foucault

Guillaume Sibertin-Blanc, filósofo y directo de Investigación del Departamento de Filosofía de la Universidad francesa de Toulouse Jean Jaurès plantea más de un punto de encuentro entre el esquema de la lucha de clases propuesto por Karl Marx y el concepto de biopolítica de Michel Foucault, lo que se sintetiza con el concepto de biopolítica de el capital.
Sibertin-Blanc parte de la base del concepto de biopolítica asociado con el control de la población en determinados territorios a partir el pensamiento de Mathus respecto a la problemática que plantea el constante aumento de la población y los mecanismos que pueden enfrentar el crecimiento desenfrenado a través de la economía política, lo que es definido como una asunto de bioeconomía.
Considera que Marx entiende el malthusianismo como una fuerza política, una clase social que se constituye en base a la tierra, relacionándo esto con la idea de territorio como elemento de la biopolítica, según Foucault, quien escribe este concepto también en función del control de la población, mediante instituciones enfocadas a los cuerpos, con lo que identifica una relación entre este tipo de regulación de los individuos con el proceso de acumulación del capital.
Entonces, tenemos dos conceptos asociados: uno es la idea biopolítica de la tecnología del poder sobre los cuerpos y el otro es la economia política del capital. Según Sibertin-Blanc, las técnicas de control e los cuerpos están inscritas en la articulación del enfretamiento de las clases sociales, mientras que, al mismo tiempo, la biopolítica de la población se vincula con la economía política mediante las ciencias de la administración que hacen referencia a las fuerzas de controles del proceso vital del trabajo asalariado. Un ejemplo aproximativo de esta vinculación son el funcionamiento de los llamados comités paritario de higiene y seguridad con los que se controlan en parte los procesos vitales de los trabajadores.
Sibertin-Blanc señala que Foucault planteaba que el capitalismo de los siglos XVIII y XIX se preocupó de la adminitración de los cuerpos en función de la fuerza de trabajo, lo que a su juicio también encontraba coincidencia con la obra de Marx en cuanto a que el modo de producción tiene un devenir en la sobrecarga de trabajo y en la destrucción humana generalizada.
Puestas así las cosas el filósofo francés indica que el cuerpo del proletario se vuelve una realidad biopolítica, siendo este un elemento prefigurado por Marx que posteriormente levantó el concepto de la biopolítica del capital.
En este sentido otra de las ideas que podemos obtener de planteamiento de Sibertin-Blanc es que la racionalida biopolítica se define más por la concepción estructural de la relación entre un modo de producción y la fuerza de trabajo, la que es mediada a través de la población, lo que lleva a inferir que Foucault se reapropia en parte del trabajo de Marx con otras herramientas conceptuales.
Otro concepto clave que propone la asociación entre el esquema de lucha de clases con biopolítica es el de sobrepoblacion relativa que utiliza Marx para referirse al ejército de trabajadores de reservas, también conocidos como cesantes, que deambulan en los contornos del mercado de trabajo. Según Sibertin-Blanc la sobrepoblación relativa acciona el surgimiento de una racionalidad y planificación de la población que se puede focalizarse en el factor racial, específicamente en la masa de trabajadores inmigrantes en determinadas sociedades con sus propios modos de producción.
Para el filósofo francés es necesario ver si el excedente de población que gira en torno a la fuerza de trabajo en un determinado modo de producción se activa en un discurso de guerra de razas que es planteable desde una fuerza política constituida y que mira al Estado. Una aproximación de esta descripción es lo que ocurre con el discurso xenófobo en Europa occiental respecto a la inmigración proveniente de África, medio oriente y de Europa del Este. Otro caso sería el discurso articulado de Donald Trump, que ha captado el interés de grupos racistas de supremacía blanca, concentrándose en la inmigración mexicana en Estados Unidos.
Así, la guerra de razas, un elemento de la biopolítica, es apicable a la construcción del cuerpo político que toma una óptica sistemática contra una etnica determinada, a partir del concepto de sobrepoblación relativa, fuerza de trabajo y modo de producción.
Esto significaría también una articulación entre la teoría del valor de Marx y el biopoder de Foucault, lo que se manifestaría con el ejemplo del fetiche de la mercancía asciado a una determinado grupo étnico. Por ejemplo se asocia la avaricia y el acaparamiento con el judaismo.
En base a estas asociaciones la propuesta de Sibertin-Blanc entrega instrumentos de análisis para abordar objetos de estudios como las interacciones entre el mundo el trabajo en la lógica del capital con los movimientos de inmigración, los cuales se pueden ramificar a los enfoques de conflictos multiculturales o de choque de civilizaciones.

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