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miércoles, 16 de mayo de 2018

La Psicopolítica de Byung-Chul Han como fase superior a la Biopolítica en la técnica de dominación

Una nueva forma de dominio más sutil y soterrado a partir de la propia individualidad de la persona es uno de los ejes centrales en la construcción del trabajo del filósofo coreano Byung-Chul Han, con su concepto de Psicopolítica, que marca la continuación del trabajo de Michel Foucault y su Biopolítica, entregando un valioso marco interpretativo del sujeto y la sociedad en los tiempos actuales mediados por la actual fase de desarrollo capitalista.
Lo primero a destacar es la crisis de la libertad que advierte en el individuo, cuya sujeción se encuentra en sí mismo, coaccionado internamente en función de la auto imposición del rendimiento y de la optimización que supone el quehacer neoliberal. "Vivimos una fase histórica en la que la libertad misma da lugar a coacciones.La libertad de poder hacer genera incluso más coacciones que el disciplinario saber. El deber tiene un límite. El poder hacer, por el contrario, no tiene ninguno. Es por ello por lo que la coacción que proviene del poder hacer es ilimitada. Nos encontramos, por tanto, en una situación paradójica. La libertad es la contrafigura de la coacción. La libertad, que ha de ser lo contrario de la coacción, genera coacciones", sostiene. 
La sujeción al rendimiento de la vida laboral se asocia a esta paradójica situación. No hay separación entre vida y trabajo en el registro mental de este sujeto. Casos como los happy-hours después del horario laboral, que en apariencia son un oasis de descanso, se convierten en realidad en una extensión de este, debido a que los temas de conversación giran en torno a las vivencias del ambiente de trabajo entre los compañeros de oficina. El soñar con las tareas del trabajo es otra expresión de la totalización del trabajo. 
La explotación de la libertad es otro eje de la Psicopolítica en tanto Byung-Chul Han le entiende como una realización mutua entre individuos y no en el aislamiento de soberanía individual que achaca al régimen liberal. La libertad personal es un medio para la libre circulación de capital señala el pensador coreano y termina convirtiéndose en un exceso de este. La producción subjetiva termina siendo subsumida por la necesidad de reproducción del capital en el lugar de trabajo, por lo que una alternativa es pasar a ola etapa del sujeto del rendimiento también implica la transformación del trabajador en empresario; el trabajo por cuenta propia es el posibilitador de la explotación de sí mismo, donde el cuerpo también cumple la función de ser la propia empresa para cumplir con la promesa abstracta de "autoproducción ilimitada", siendo la premisa en que uno mismo es el responsable de su ser. "En el régimen neoliberal de la auto explotación uno dirige la agresión hacia sí mismo. Esta autoagresividad no convierte al explotado en revolucionario, sino en depresivo", plantea.
La otra oportunidad de libertad ilimitada en este juego es la red digital que se acopla con las tecnologías del yo. Aquí surge el concepto de la dictadura de la transparencia en Byung-Chul Han, donde el panóptico de Jeremy Bentham y después elaborado por Michel Foucault pasa a ser disciplinario a un mayor nivel de eficiencia en el dominio, a través de la auto sujeción. Es el panóptico digital que hace un uso intensivo de la libertad: entregamos nuestros datos por necesidades internas de nosotros mismos a un correa transmisora cotidiana relatamos nuestras intimidades en diversos grados, desde las aspiraciones personales hasta la de los familiares; todo entra en la juguera biográfica confeccionada por nosotros mismos hacia el vacío digital. Esta idea colectiva de transparencia a partir del registro individual es para Byung un "dispositivo neoliberal" que forma parte de la dictadura de la transparencia: "En el modo actual de producción inmaterial, más información y comunicación significan más productividad, aceleración y crecimiento", sostiene. Si antes, con la constitución del poder pastoral -que menciona Foucault- mediante un dispositivo histórico, como la confesión católica,  se obtenía un mayor grado de vigilancia entre los individuos de una comunidad, el panóptico digital ha amplificado esta dinámica de intervigilancia que convierte a los sujetos en espectadores y consumidores de biografías.
"Hoy nos ponemos al desnudo sin ningún tipo de coacción ni de prescripción. Subimos a la red todo tipo de datos e informaciones sin saber quién, ni qué, ni cuándo, ni en qué lugar se sabe de nosotros. Este descontrol representa una crisis de la libertad que se ha de tomar en serio", indica Byung-Chul Han. Este direccionamiento a la psicopolítica digital arroja al sujeto de una crisis de la libertad que incide en la voluntad, pues la libertad de acción se procesa para arrojar pronósticos de conductas controlables. Lo digital es un soporte que allana el camino a las pulsiones devocionales de los individuos, transformándolos en sujetos. Al entrar en el espacio digital la vigilancia es recíproca y consigo mismo. Es lo que el filósofo coreano llama como "poder inteligente", el cual opera silenciosamente, no es visible, ni rígido, somete la voluntad de forma amable."El poder inteligente se ajusta a la psique en lugar de disciplinarla y someterla a coacciones y prohibiciones. Nos nos impone ningún silencio. Al contrario: nos exige compartir, participar, comunicar nuestra opiniones, necesidades, deseos y preferencias; esto es, contar nuestra vida.
Este poder amable es más poderoso que el poder represivo. Escapa a toda visibilidad. La presente crisis de libertad consiste en que estamos ante una técnica de poder que no niega o somete la libertad, sino que la explota. Se elimina la decisión libre en favor de la libre elección entre distintas ofertas". Este descripción es lo que constituye al sujeto optimizado, quien acepta y se somete a las dependencias que se les ofrece, siendo parte de la técnica de dominación psicopolítica, que absorbe gran parte de la idea foucaultiana del poder pastoral, con el gobierno de las almas, con la individualización del poder, proceso donde la big data digital es una tecnología de dominación que elabora el dispositivo del  "psicoprograma", ya sea a nivel individual y colectivo, que supone la explotación de lo inconsciente.
En la Psicopolítica la mente es una fuerza productiva del capital, con mercancías inmateriales fabricados de informaciones y no con la coacción y adaptación de los cuerpos a regímenes espaciales y de tiempo como lo era el paradigma disciplinario de la Biopolítica. Se confecciona con la optimización mental, con la positividad individual que deja nuestras negatividades excluidas.
"La técnica de poder del régimen neoliberal adopta una forma sutil. No se apodera directamente del individuo. Por el contrario, se ocupa de que el individuo actúe de tal modo que reproduzca por sí mismo el entramado de dominación que es interpretado por él como libertad. La propia optimización y el sometimiento, la libertad y la explotación coinciden aquí plenamente. A Foucault se le oculta totalmente la técnica de poder que genera la convergencia entre libertad y explotación en la forma de autoexplotación", afirma Byung-Chul Han.
La optimización personal usa también al dispositivo de la eficiencia para alcanzar resultados de rendimiento que derivan en el auto sometimiento de la persona, que no deje de pensar en la positividad de lo que produce, ya sea en el lugar de trabajo y -sobretodo- fuera de este. Este sujeto porta en cada tiempo y lugar su mente y su trabajo para producir más optimizaciones que permitan reproducir el capital, ya sea de otros como de sí mismo. La optimización perfecciona el sistema: "bloqueos, debilidades y errores tienen que se eliminados terapéuticamente con el fin de incrementar la eficiencia y el rendimiento". La optimización no supone alcanzar una meta determinada; sino que implica superarlas. No hay una meta fija ni establecida, siempre está en movimiento, al igual que los soportes digitales de los dispositivos móviles. La portabilidad es un ingrediente de esta optimización. 
Según Byung esto lleva a la "autoexplotación total" como forma de subjetivización y técnica de (auto) dominación que se refleja en la auto afirmación y en otros dispositivos discursivos que colindan con la razón metafísica y la teología política, como la popularmente conocida "ley de la atracción", para obtener éxito personal y simultáneamente para el circuito mercantil. La optimización personal se alimenta con la coacción autoinducida para generar más rendimientos. Al igual que el entrenamiento del personaje de Rocky Balboa, se exilia al dolor, se lo considera una negatividad, lo que a juicio del fillósofo coreano, termina matando al alma humana, donde coexiste la positividad y la negatividad, pero lo que hace la técnica del permanente coaching es obviar nuestra naturaleza caída, bajo la premisa del "yes, i can".
Para que haya optimización personal tienen que darse condiciones de permisividad. "La técnica de poder del régimen neoliberal no es prohibitiva, protectora o represiva, sino prospectiva, permisiva y proyectiva. El consumo no se reprime, se maximiza. No se genera escasez, sino abundancia, incluso exceso de positividad. Se nos anima a comunicar y a consumir". De este modo, lo que se pone en la vereda del frente es al Estado, como la fuente de toda intervención, represión y distorsión. Se lo muestra como negación de la libertad, pero se omite le hecho de que también el aparato estatal se utiliza como multiplicador de capital, al crear ciertas condiciones para que ciertos grupos acceden a los recursos que entrega.
El panóptico digital es la superación de las instituciones públicas vigilantes, porque incentiva la voluntad de los individuos a pasar a su templo en que las personas muestran su vida dentro de sus pasillos (computadores, tablet, teléfonos celulares). Al comunicar nos controlamos, lo que lleva a Byung a sostener que cada uno es el panóptico de sí mismo, a partir de nuestras emociones y sentimientos. Las llamadas habilidades blandas son el ingrediente de esta voluntad que se siente más libre. "La técnica del poder neoliberal explota esta subjetividad libre". Las emociones impulsan el consumo, lo maximizan bajo el principio de no ponerse límites de control, lo que deja abierta la puerta a la ludificación de la relación entre vida y trabajo.
"La psicopolítica neoliberal se apodera de la emoción para influir en las acciones a este nivel prerreflexivo. Por medio de la emoción llega hasta lo profundo del individuo, Así, la emoción representa un medio muy eficiente para el control psicopolítico del individuo", dice Byung- Chul Han.
Estos rasgos constituyentes del sometimiento de la psique como técnica de dominación con la programación y el control psicológico se configuran cotidianamente con el soporte digital del big data, que se entiende como un ordenador de sujetos, clasificándolos de acuerdo a las propias subjetividades que van mostrando en los soportes digitales del panóptico, pensando en que están ejerciendo su propia libertad.
A este cuadro Byung-Chul Han pone la bandera del idiotismo como una forma de des-subjetivización y des-psicologización generada en el templo de la big data. La idiotización supone una reconstitución personal distinta a la técnica de dominación liberal, planteando el acceso a lo "totalmente otro". "No la individualidad o la subjetividad, sino la singularidad distingue a los idiotas", concluye el pensador coreano, dejando también puesta sobre la mesa la relevancia que tiene la inmanencia de la vida (no estar en nada) para no someterse.

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