El concepto del paseante (Flaneur) en El Libro de los Pasajes de Walter
Benjamín nos entrega uno de los primeros registros del fenómeno del consumismo
en la lógica del capital. Partiendo de
las configuraciones arquitectónicas, Benjamín hace referencia a nuevos espacios
en que se entroniza la mercancía fetiche, como un valor de cambio, por sobre el
valor de uso.
Establece una antesala del concepto de industria del ocio,
planteado más tarde por Max Hokheimer y Theodor Adorno, al mencionar a la
“industria del recreo” que se estaba gestando a mediados del siglo XIX. Se
constituyen espacios para el encuentro del consumo, entre el paseante urbano y
los pasajes, a través del arte, de representaciones de la naturaleza, tal como
actualmente propone la arquitectura de algunos centros comerciales
“ecológicos”, con lo que continua la idea de trasladar el campo a la ciudad.
París en pleno siglo XIX
abrió sus espacios a pabellones, pasajes, interiores, los primeros
boulevards, dan vida a los panoramas. Todos estos términos del primer umbral
del comercio burgués marcan una genealogía moderna de los centros comerciales.
“La primer condición para su desarrollo es el apogeo del comercio textil. Hacen
su aparición los almacenes de novedades, los primeros establecimientos que
tienen constantemente en depósito una gran cantidad de mercancías. Son los precursores de los grandes
almacenes”, escribe Benjamín respecto a los orígenes de los pasajes en la capital
francesa.
Estas aperturas inauguran umbrales que se extienden a la
periferia del planisferio. No por casualidad, las dinámicas de los circuitos de
comercio marcan una pauta que llegó a Chile, con el apogeo de la oligarquía
criolla, dando vida a Almacenes Paris, la precursora chilena del retail en
nuestra tierra.
“Por primera vez en la historia, con el nacimiento de los
grandes almacenes, los consumidores comienzan a sentirse como masa. (Antes sólo
se lo enseñaba la carestía) Con ello aumenta extraordinariamente el elementos
circense y espectacular del comercio”, dice Benjamín. La producción masiva da
la bienvenida al concepto de especialidad y con ello se abren y consolidan la
segmentación del consumo.
La función del arte es primordial en los espacios
comerciales, donde se instalan diversas obras para atraer al paseante con el
fin de que traspase la frontera de potencial consumidro a un comprador
efectivo.
El arte entra a estos espacios para encandilar, para que la
mercancía se transforme en un fetiche idolatrado. Este fetiche tiene
seguidores que recorren la ciudad, se obsesionan con las mercancías, los bienes
de consumo, especialmente aquellos mezclados con el arte, con lo suntuario.
Todos menos el Flaneur, el paseante urbano, “el explorador del mercado”, el
errante que busca darle significado a la ciudad, sin caer en los tentáculos del
fetiche mercantilista, por lo que se convierte en un elementos sospechoso,
riesgoso y peligroso con su eterno vitrineo que no llega a la consumación del
consumo.
Ser un Flaneur es escapar a los tentáculos del marketing,
pues el carácter dinámico del caminante le permite una mayor reflexión en torno
a las mercancías en venta que circulan en el espacio de los mercados. Al ser
más un observador que un consumidor, el Flaneur guarda la ventaja de cotejar lo
existente a partir de continuos recorridos que reconocen los ciclos de aparición,
desarrollo y desaparición de productos en las vitrinas.
El arte de ver del paseante se transforma en un hecho cultural
posibilita testimoniar los procesos cotidianos en torno al consumo, visto desde
dentro, pero sin participar en este acto. La apelación a la reflexión que sostiene
Benjamín en la figura del Flaneur genera una amplia influencia para construir
nociones de consumo crítico sin consumir y, al mismo tiempo, entrega
herramientas para la planificación del marketing, cuyos procesos de observación
sobre los patrones de consumo de las personas también se basan en la idea del
paseante que recorre la ciudad.
La definición de los espacios de ciudad son otro de los
aspectos que se deben considerar para relatar las adaptaciones a las que debe
recurrir el Flaneur.
1 comentario:
Me gusta que se publiquen distintas ramas de las ciencias sociales. Como estoy con Pasajes a Chile para ir a descansar voy a ver la política de ese pais
Publicar un comentario