La problemática relación que se da en el poder económico y político con la democracia es el punto central de la obra "Capitalismo a la Chilena. Y la prosperidad de las élites", del economista de la Universidad Mayor, Andrés Solimano.
El académico plantea en la obra la implementación de un modelo tan concentrador que se alejó de los postulados de libertad de quienes lo formularon en los años ’70.
Solimano señala que el rol de las élites en estas relaciones es
clave para entender la tensión generada en la población frente a la
banca, las AFP, isapres y otros sectores que se han mercantilizado y
concentrado en pocos actores, los cuales también se oponen al cambio de
las reglas del juego.
CAPITALISMO CHILENSIS
-¿Cuál es la propuesta del libro?
-Se hace un análisis del sistema económico y político chileno, y hace
ver que estamos viviendo un sistema capitalista que se alejó de lo que
originalmente se pensaba implementar. Es un capitalismo bastante
concentrado, más bien dominado por conglomerados económicos y
productores en sectores clave, que dominan los mercados de servicios y
medios de comunicación, un capitalismo sui generis, en que la salud y
las pensiones son privatizadas.
“Si bien el sistema ha dado resultado en que el PIB de Chile es uno
de los más grandes de América Latina, por lo que el país está a las
puertas del desarrollo, pero el libro hace ver que el sistema encierra
muchos contrastes y contradicciones, y que hay un reforzamiento entre
los mecanismos económicos y los de la democracia para hacer que el
sistema tienda a reproducirse en el tiempo y sea difícil de reformarlo”.
-Y en todo este diagnóstico, ¿qué rol ocupan las élites?
-Los frutos del crecimiento económico en los últimos 25 años ha sido
capturado por una élite de altos ingresos, sobre todo el 1% de la
población, con familias chilenas que están en la lista Forbes, donde 5
familias chilenas tienen más de US$1.000 millones. Entonces, es un
modelo que ha llevado un crecimiento per cápita más alto, está muy
concentrado en élites que tiene un poder muy importante en la esfera
política. El libro hace ver que hay una especie de parálisis entre la
prosperidad económica de estos grupos y la mayoría de los chilenos.
CAMBIOS CULTURALES
-¿Cuánto influye en esto el factor socio-cultural e histórico del país?
-Hemos llegado a esto por causas históricas, decisiones de política
económica que se hicieron, y el tipo de democracia. El libro analiza
cómo la democracia post régimen militar se orientó a consolidar y
mantener el modelo económico bastante inalterado, reduciendo los
espacios de participación ciudadana y haciendo muy difícil transformar
las instituciones en una dirección más progresiva del ingreso y de las
oportunidades.
-¿Cuáles serían esas instituciones?
-Chile tiene una Constitución desde 1980 que todavía está vigente,
con un sistema binominal, además de medios de comunicación muy dominados
por conglomerados económicos, lo que hace que falte diversidad
informativa y cultural. El sistema tiene mecanismos de reproducción en
el tiempo y de auto perpetuación que ha producido cambios culturales, de
mercantilización de las relaciones sociales.
-Pero también se han generado cambios culturales críticos a esta mercantilización.
-Se nota que la emergencia de movimientos sociales, como estudiantes,
grupos ecologistas y otros de la sociedad civil piden cambios que están
introduciendo una nueva agenda cultural para que cambie un poco el
sistema. Entonces el país vive una tensión entre las fuerzas que piden
la continuidad del status quo y otros que quieren cambios en los
parámetros económicos, institucionales y culturales.
CONCENTRACIÓN ANTIDEMOCRÁTICA
-¿A qué atribuye la concentración del poder económico y político en el país?
-Esta concentración económica ha sido posible en gran medida porque
el Estado se ha debilitado en su capacidad regulatoria. Los empresarios
tienen mucha llegada en la toma de decisiones públicas y hacen muchas
contribuciones a las campañas políticas, también está el tema del lobby,
de la propiedad de los medios de comunicación. El problema del poder de
estas élites es que no sólo es poder económico, sino que es un poder
que afecta la democracia y los valores culturales que ésta emite. Esta
es una de las hipótesis del libro.
-A nivel discursivo, siempre se dice que cambios al modelo traerían inestabilidad, ¿qué le parece?
-El libro menciona el punto de que a las élites dominantes les
interesa defender la mantención de un modelo muy favorable a sus
intereses y a su capacidad de acumulación, por lo que se oponen a ideas
políticas que pudieran cambiar un poco las reglas del juego. Y por eso
ponen sus intereses económicos y políticos sobre la democratización del
país, esto ha sido una constante histórica en el país. Esa tensión es la
que está prendiendo a la sociedad chilena.
-Puestas así las cosas, ¿este tipo de capitalismo que tenemos es sustentable en el tiempo?
-Creo que este tipo de capitalismo tan concentrador, regresivo y sui
generis tiene problemas de sustentabilidad económica, porque depende
mucho de los recursos naturales y no tenemos una industria
manufacturera, casi no hay una industria del conocimiento. Y también hay
un problema de sustentabilidad social y política, porque un modelo que
favorece a las élites, se excluye a las no-élite, al 99% y así no se
produce un equilibrio estable.
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