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miércoles, 26 de septiembre de 2018

Los dos tipos de libertad en el lenguaje político de Norberto Bobbio a partir de Kant

El monopolio exclusivo de la libertad es una de las principales características del liberalismo moderno, especialmente en sus expresiones más extremas. Esta pretensión lleva a encasillar a todas las expresiones críticas a esta visión de mundo bajo el rótulo de conservadurismo o socialismo, por lo que es necesario identificar qué es lo que se entiende por el concepto de libertad. 
Una aproximación a este ejercicio nos la entrega el politólogo Norberto Bobbio en su obra "Teoría General de la Política", donde aborda las dos concepciones de libertad que existen en el campo político a partir de Kant. Aquí define a la libertad como la "facultad de realizar o no ciertas acciones, sin ser impedido por los demás, por la sociedad como un todo orgánico o, más sencillamente, por el poder estatal; o bien, poder de no obedecer otras normas que me he impuesto a mí mismo".
Reconoce el significado de la libertad desde la perspectiva de la teoría liberal clásica, en que la acción individual no es interferida por el Estado. Y también detecta un significado de la libertad desde la óptica de la teoría democrática, para la cual la libertad es darse leyes a sí mismo, más allá de tener leyes. De este modo, la autodeterminación es el punto de encuentro entre ambas corrientes en torno a la libertad, aunque una se inclina por la autodeterminación individual, mientras que la otra hace lo mismo desde la perspectiva colectiva. He aquí el choque.
Sin embargo en la práctica, con la conformación del Estado moderno, se ha producido una síntesis hegeliana entre ambos visiones en torno a la libertad, la cual es negada por las posturas más extremistas. Bobbio aclara: "El movimiento histórico de los Estados modernos ha seguido la dirección de una integración gradual de ambas tendencias, cuya fórmula sintética, en términos de autodeterminación, podría expresarse así: Hasta donde sea posible, hay que dar rienda suelta a la autodeterminación individual (libertad como no impedimento; donde ya no sea posible, tiene que intervenir la autodeterminación colectiva (libertad como autonomía)". En otras palabras, se trata de una visión que sustenta la libertad frente al Estado y otra que apela a la libertad en el Estado.
Por un lado, se permite que el individuo tome decisiones por sí solo, además de tener la posibilidad de ser parte de decisiones colectivas. Ejemplo de esta convivencia se puede apreciar en Chile, a inicios de la década de los noventa del siglo pasado, después de finalizada la dictadura cívico-militar, en que se fortaleció la libertad individual y política, ampliándola desde su reducción al campo económico propugnada por la influencia del liberalismo de la Universidad de Chicago, junto al resurgimiento de libertades colectivas que se relacionan con la libertad de género, étnicas y de otros grupos de la sociedad civil, incorporando los conceptos de pluralismo y diversidad cultural, los cuales fueron restringidos por la dictadura de Pinochet.
La libertad para la teoría liberal se da, según Bobbio, en función de la preeminencia del individuo aislado, mientras que en la teoría democrática se aprecia en la participación del individuo de forma gregaria, en base a una voluntad en común. Esta coordenada nos permite identificar más claramente la coexistencia de dos usos distintos del término liberal, que es lo que le interesa analizar al politólogo italiano. Para la teoría liberal es necesario exigirle límites al accionar del Estado, al tiempo que la teoría democrática exige que las legislación no se realice desde las cúpulas de poder, sino que sea de forma participativa, a lo cual la ortodoxia más dura de la teoría liberal se opone, siendo uno de sus exponentes el francés Benjamín Constant, a quien Bobbio reconoce como el principal separador de aguas respecto a estas dos perspectivas en torno a la libertad, estableciendo una distinción entre la libertad como goce privado y aquella que se centra en la participación en el poder político, de forma colectiva.
Esta distinción acepta la libertad política solamente como una herramienta para la libertad individual. Si esta última no se logra, la primera no tiene justificación de ser, de acuerdo a Constant, quien la ubica como la "verdadera libertad moderna", entendida como el no impedimento para la iniciativa del individuo. Para Bobbio esta definición disminuyó la confusión de la libertad en el lenguaje político, por lo que quedan claras las dimensiones en que se mueve un tipo de libertad que que obtiene con la "facultad de actuar sin ser obstaculizado por los demás", por sobre la posibilidad de "participar en la creación de la libertad colectiva".
Analizando a Kant, Bobbio menciona la consideración de la libertad jurídica, entre "lo mio y lo tuyo" en términos externos, entendido como "cualquier forma de posesión (la posesión originaria sólo es la de la tierra) cuyo ejercicio no puede ser obstaculizado por los demás. Se podría decir que posesión equivale a "libre" uso de una cosa, donde "libre" quiere decir "no obstaculizado", con lo cual la libertad y la posesión queda íntimamente relacionados en el pensamiento kantiano, quien goza de una alta admiración en los círculos liberales más ortodoxos, pues en la propiedad la libertad toma "una forma y valor jurídico".
Es en este contexto que Bobbio recuerda que la concepción de Kant del Estado apunta a ser un garante de la libertad, a través del complejo de derechos, no siendo una finalidad en sí mismo, puesto que los individuos tienen objetivos distintos, entienden la consecución de la felicidad de un modo multiforme, por lo que -de acuerdo a Kant- "su voluntad no puede ser situada bajo ningún principio común, ocurre que tampoco puede serlo bajo ninguna ley externa conforme con la libertad de todos".
El hecho de que nadie a su manera puede obligar al individuo a ser feliz es una barrera para el accionar del aparato estatal en la modernidad, aunque Kant se encarga de aclarar que esta libertad se ejerce sin afectar "perjuicio alguno a la libertad de los demás para perseguir un fin semejante", por lo que se justifica una ley universal en que coexista la libertad de todos".
Esta contradicción, a nuestro juicio, abre la puerta a la razón con una pretensión universalista y niveladora en nombre de la libertad, la cual es usada constantemente por el lenguaje político moderno, donde se soslayan las asimetrías en el uso del poder entre los individuos y grupos, tendiendo a usar la coacción para enfrentar los conflictos que estas asimetrías provocan en la sociedad moderna, bajo el principio del orden.
El conflicto aquí también juega un rol no menor, como lo detecta Bobbio en el pensamiento liberal de Kant, lo cual no deja de llamar la atención, considerando que en la actualidad existen corrientes liberales que se quieren sacar a toda costa cualquier indicio de conflicto en la sociedad, calificando esta tipo de dinámicas como propias del socialismo, especialmente con la concepción de lucha de clases del marxismo. Sin embargo, la filosofía de la historia que utiliza Kant, según Bobbio, consigna el antagonismo en la sociedad como medio para que la naturaleza tiene para materializar el desarrollo de las facultades de los individuos. "No hará falta recalcar hasta qué punto esta teoría del antagonismo como condición del progreso se inserta en en la corriente liberal que hará de la lucha, la contienda, la revuelta, la concurrencia, la discusión y el debate su ideal de vida, y que contrapondrá sociedades estáticas o estacionarias a civilizaciones dinámicas y progresivas, según que en ellas se enfoquen los conflictos o se estimulen", dice el pensador italiano.
Kant, por ejemplo, sostiene que es la naturaleza la que abre los apetitos de "acaparar e incluso dominar!", siendo la naturaleza la que desea la discordia, en oposición a la concordia que buscan los hombres. Por ello, Bobbio indica que esta concepción liberal de la historia, como escenario de antagonismos y, por ende, de conflictos, "sirve de apoyo en el pensamiento de Kant a la concepción liberal del derecho -el derecho como condición para la coexistencia de las libertades individuales- y a la concepción del liberal del Estado -El Estado que tiene como fin no el de guiar a los súbditos a la felicidad, sino el de garantizar el orden".
El tema aquí, a nuestro juicio, es que esta consideración kantiana significa que uno de los propósitos de la legislación jurídica externa a la legislación interna del hombre puede recurrir a la fuerza si es necesario.Se puede coaccionar para enfrentar los obstáculos a la libertad de cada uno.
De este modo, el razonamiento liberal a partir de Kant, que Bobbio define es que "cuanto mayor sea el desarrollo de los antagonismos, mayor será la medida en que se eliminen los obstáculos no naturales que los Estados ponen a la acción humana". Esta música para los oídos liberales que se concentra en la libertad individual para llegar a la libertad económica.
Bobbio plantea que la distinción kantiana de libertad, como "concepción del derecho, del Estado y de la historia no es la democrática, sino la liberal", por lo que la surge la valorización crítica de que queda subyugada la concepción de participación de individuos voluntariamente organizados para obtener mayores grados de libertad, a través de la participación en las decisiones que toma el Estado, debido a que sus objetivos de participación colectiva podrían ser considerados lesivos para la concepción de libertad individual, que está garantizada en la constitución jurídica del Estado moderno, por lo que estamos presente a la permanente posibilidad de que el aparato estatal pueda coaccionar al tipo de concepción de libertad que busca la participación en el poder político o que pretenden enfrentar situaciones de asimetrías en el uso del poder dentro de la sociedad, al sentirse perjudicados por actuaciones basadas en el goce individual de toman otros individuos.

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