Powered By Blogger

sábado, 22 de junio de 2019

Ideología: Trayectoria histórica del concepto desde la filosofía moderna

La ideología, un concepto tan manipulado y escasamente entendido es tratado con meticulosidad en el trabajo de Jorge Larraín "El Concepto de Ideología", donde traza su descripción desde diferentes escuelas epistemológicas. La primera que analiza es a partir del trabajo de Karl Marx, quien elabora el concepto de ideología desde un sentido negativo, pues lo asocia con las contradicciones que surgen a causa de las relaciones sociales de producción, donde la ideología asume un papel de ocultamiento de la naturaleza de las cosas.
La inversión del pensamiento que Marx atribuye a la ideología lo asocia a la religión, como una forma distorsionadora de la realidad concreta, que invierte la conciencia, generando alienación, la separación del individuo consigo mismo, puesto que no muestran la realidad de los procesos de producción y reproducción de la actividad real y concreta de la actividad humana.
La ideología, en la interpretación de Marx y sus seguidores, no es mas que una práctica material que genera ideas que ocultan las contradicciones sociales que sirven para un cierto tipo de dominio. No es el resultado de una estrategia conspirativa diseñada para engañar a los dominados, sino que es el producto de la distorsión producida por todas las clases sociales en un modo limitado de actividad material con la cual se reproducen las apariencias, dando paso a la ideología, entendida como el ocultamiento objetivo de contradicciones que busca una conciencia conciliadora y de cohesión.
En Wladimir Lenin el concepto de ideología es vestido con el ropaje de la ciencia, por lo que adquiere un carácter de certeza, sobre todo como un campo de lucha teórica en la que se expresan diferentes intereses de clase en una sociedad, los cuales son contradictorios, pero que son verdaderas en su forma de conciencia si se opone a la apariencia o falsa conciencia de la práctica material dejada por la apropiación de la actividad material de la producción.
Siguiendo las ramificaciones del tronco de Marx, en Gramsci la ideología se relaciona con la existencia de una clase social hegemónica, con una visión de mundo coherente que da forma a una teoría económica, política y social. En este autor, la ideología también establece una diferencia entre la naturaleza del Estado y la de la sociedad civil, donde las necesidades económicas se transforman en programas políticos, con una instancia ética y política, que va de lo objetivo a lo subjetivo, abriendo otra interpretación del concepto de ideología, donde su toma de conciencia se vuelve una idea de libertad, entendiendo la separación entre los intereses de la sociedad política y sociedad civil en torno al Estado.
En Gramsci la ideología es un sistema de ideas específico, una concepción de mundo. No se reduce a una clase social ni a su toma de concienca política en la división social del trabajo, sino que se extiende a otros campos de acción, como el arte, la estética, el derecho, las actividades económica y las manifestaciones de la vida colectiva e individual. La ideología, entonces, es una unidad entre la visión de mundo y sus correspondientes normas de conductas.
El filósofo italiano también abre este objeto de estudio, al asignarle el rol de los intelectuales, sean orgánicos o tradicionales, en tanto ejercen una función organizativa en un sentido amplio, en que caben el empresariado, partidos políticos, grupos identitarios. Contrariamente a lo que sostienen la tesis conservadoras relacionadas con la cultura político-cultural de la derecha, en la relación entre la sociedad y los intelectuales no se impone por parte de estos una teoría externa para la sociedad, pues el rol del intelectual es hacer crítica y renuevan una actividad que ya existe en la masas. No se justifica de este modo la tesis de una fuente ideológica "perversa y maligna" que inyecta su veneno a la sociedad de forma unilateral, que es aceptada sin cuestionamientos por parte de los individuos. La ideología se socializa en el sentido común, por lo que es dinámica, absorbe y desecha elementos constantemente para otorgarle el sentido más apto para el interés del sentido común, el cual oscila entre práctico y simbólico.
El recorrido de la interpretación de la ideología posteriormente pasa por el cedazo de Althusser. Para Jorge Larraín, este filósofo entiende la ideología como un sistema de representaciones que crea estructuras. Es un sistema objetivo que los individuos encuentran ya formados. La ideología tiene una función convocatoria, es una interpelación que se toma o se puede dejar. Es un llamado a constituirse como sujeto, mediante una aceptación libre o forzada a la ideología, desde el punto de vista althusseriano.
De acuerdo a Larraín en Althusser hay un ejercicio interesante para ver la relación entre ciencia e ideología, especialmente desde el punto de vista de la primera que desdeña a la segunda, como sucede en el campo económico. Y es que la ciencia es la antítesis de la ideología, por cuanto opone un conocimiento concreto y adecuado versus el conocimiento abstracto. Sin embargo, según Althusser, la ciencia requiere de la ideología como una materia prima, pues esta no se puede disolver, al ser socialmente necesaria. La ciencia critica a los hechos ideológicos para evidenciar hechos científicos.
Esta trayectoria de la ideología, desde la escuela inaugurada por Marx, prosigue con la visión de la Escuela de Frankfurt, en que la ideología es criticada con el concepto de razón instrumental, la cual es todo lo atrasado que no conduce al progreso., siendo una herramienta que permite al hombre controlar y dominar, introduciendo la calculabilidad, lo que reduce lo bueno al control y la productividad. "La razón se transforma así en un medio auxiliar de la producción y la ideología deviene su arma crítica", sostiene Jorge Larraín.
Es cuando llega a Nietzsche cuando el análisis de la ideología se abre aún más. Aquí se parte de la premisa de que la verdad es un producto ideológico, al ser una expresión de la voluntad de saber. En el filósofo alemán la crítica a la razón apunta a la ideología, en cuanto oculta y falsifica la realidad.
Según Larraín, Nietzsche equipara la ideología con la protección de la desesperación, con la defensa de la moral de esclavos. Bajo esta lectura la mala conciencia sirve a la causa de los perdedores, atentando contra la vitalidad, por lo que la inversión de todos los valores supone la superación de esta ideología. "Nietzsche siempre podrá responder que la ideología radica más bien en ocultar que la vida requiere diversas formas de opresión y la existencia de ganadores y perdedores", afirma Larraín.
Posteriormente la ideología es abordada desde la perspectiva del trabajo de Sigmund Freud, para quien es una estructura fija en el carácter humano, que no puede ser superada, excepto por la ciencia. La síntesis entre Marx y el psicoanálisis freudiano es tomada por la Teoría Crítica de la Escuela de Frankfurt, donde la ideología se asocia con ideas que distorsionan y ocultan las contradicciones de contextos históricos particulares, donde la misma ilustración es sospechosa de ser una ideología.
También está el concepto de industria cultural, como una forma de ideologúa que se funde con la realidad y que se ha hecho resistente a la crítica. "La ideología ha llegado a absorberse en la realidad, se ha hecho prácticamente inatacable al sustentar el bienestar de la gente desde el proceso de producción. Racionalidad y opresión tecnología y dominación se han finalmente fusionado", señala Larraín. Es así como la dominación de los productos promueve una conciencia falsa inmune a su falsedad, siendo la irracionalidad un vehículo de esta ideología.
En el transcurso del siglo XX la ideología es relacionada también con la sociología del conocimiento, entendiéndose dentro de las características y composición de la estructura total de la mente de una época que opera a nivel sociológico, como una concepción total. También, siguiendo la línea de trabajo de Mannheim, existe una concepción particular en que la ideología tiene un acercamiento psicológico, en que las ideas del adversario se juzgan y son vista como un engaño.
Según el análisis de Larraín, el concepto total de ideología "implica el coraje de someter no solo el punto de vista del adversario, sino que todos los puntos de vista, incluido el propio, al análisis ideológico. Esto señala un cambio importante en el concepto de ideología, que se basa ahora en el hecho de que todo conocimiento o pensamiento social está determinado por la estructura social".
La sociología del conocimiento, mediante la aplicación del método científico, en la ideología encuentra factores que determinan el pensamiento de los grupos sociales. "Mientras que la teoría de la ideología se preocupa de las mentiras o de las ilusiones conscientemente creados, la sociología del conocimiento analiza la necesaria unilateralidad que surge de la determinación social del conocimiento", dice Larraín.
Con el desarrollo sistemático de la semiología la ideología se encuentra como objeto de análisis del mensaje. Dentro de la ideología hay una lógica subyacente, una estructura que da coherencia al mensaje, con principios organizativos del discurso. Para Larraín, entonces la ideología, desde la perspectiva de la linguística estructural es un sistema semiológico de segundo orden (la connotación) que es ocultado por un sistema simiológico de primer orden (la denotación)".
Terminaremos con Jürgen Habermas, quien según Larraín centra la ideología en la esfera comunicativa, entendida tanto como conocimiento e intereses, los cuales son instrumentales y técnicos; prácticos o comunicativos y emancipatorios. El concepto es asociado a una situsción donde no emerge un consenso genuino, lo que lleva a definir a la ideología como una "comunicación sistemáticamente distorsionada", la cual aparece debido a marcos comunicativos que impiden el consenso.
La derrota de la ideología, para Habermas, pasa por una racionalización comunicativa libre de dominación, por lo que así elimina las relaciones de poder escondidas en estructuras comunicativas, lo que lleva a una situación sistemáticamente distorsionada, a la cual se opone el surgimiento de una conciencia de conflictos reales, la cual está implícita en la realización comunicativa.
Como vemos, el trayecto del concepto de la ideología dificilmente se ha podido sacudir el sentido negativo que le atribuye el pensamiento moderno, que ha asociado este concepto con una máscara que esconde la realidad de las relaciones de poder, a la cual se le opone el concepto de ciencia, el cual -sin embargo- para nosotros tampoco logra superar por completo a la ideología en sí, puesto que dentro de ella también se encuentran emociones, mociones éticas y valóricas de los individuos.

No hay comentarios: