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miércoles, 10 de mayo de 2017

El estamento, punto de partida para entender el clasismo desde el análisis de Max Weber

El clasismo como un fenómeno transversal a la estructura de la sociedad parte del principio de la búsqueda de iguales en un grupo social o en la comunidad, formando armados simbólicos que con la práctica van configurando circuitos culturales de identificación, de pertenencia y diferenciación hacia los otros, a través del mecanismo del juicio de valorizaciones, especialmente en el campo moral, donde surgen las categorías del sentimiento de superioridad y de inferioridad que abre espacio a la jerarquización y, por ende, a la estratificación.
El concepto de clasismo es polisémico, y se adecua según el campo de actividad en que se aborde, ya sea en la esfera económica, política, social y simbólica, las cuales interactúan entre sí con el propósito de ofrecer un objeto de estudio sobre las dinámicas que toma este fenómeno. Para profundizar en el clasismo nos quedamos con la concepción de clase social que utiliza Max Weber en "Economía y Sociedad", donde si bien acepta que estos grupos se apoyan en condiciones económicas, logra identificar múltiples elementos que van más allá de la visión productiva-materialista de Marx, por lo que entrega mayor precisiones culturales para entender los principales rasgos del clasismo, el cual comienza con la definición de la división del poder en la comunidad, donde orbitan los conceptos de clase, estamento y partidos. En este contexto lo clave es la imposición de una voluntad, o sea el dominio de un hombre a otro, sin lo cual no se podría entender el alcance que tiene el clasismo, al que Weber identifica como una "acción comunitaria de los pertenecientes a una clase" que se manifiesta entre miembros de diferentes clases".
El pensador alemán señala que una clase social es "todo grupo humano que se encuentra en una igual situación de clase", en la cual se producen recurrentemente intercambios de naturaleza productivo-económica."Son intereses unívocamente económicos, intereses vinculados a la existencia del “mercado” los que producen la clase". Es así como en este contexto se identifican las "situaciones de clase" que Weber identifica como las "condiciones determinadas por el mercado", a partir de la posesión y la no posesión.
A diferencia de las clases están los estamentos que, según Weber, son una "pluralidad de hombres cuyo destino no esté determinado por las probabilidades de valorizar en el mercado sus bienes o su trabajo", puesto que el destino está determinado por factores intersubjetivos como el honor, el prestigio, la exclusividad, el privilegio o el sentimiento de superioridad respecto a otros.
Un estamento tiene un carácter más comunitario en que se comparten valores en función de una estimación social específica, relacionada con alguna cualidad común a muchas personas. Dentro de este cuadro está la "situación estamental", la cual es "una pretensión, típicamente efectiva, de privilegios positivos o negativos en la consideración social", que se sustenta en varios factores, como el modo de vida y -por ende- en las maneras formales de educación, en el prestigio hereditario o profesional.
La situación estamental se manifiesta, según Weber, en el connubium (derecho a contraer matrimonio), la comensalidad (frecuentar a otras personas o familias), "en la apropiación monopolista de probabilidades adquisitivas privilegiadas, o estigmatización de determinados modos de adquirir, y en en convenciones estamentales ("tradiciones") de otra especie".
La estamentalidad puede ser hereditaria, la cual se desarrolla como "una forma de la apropiación de privilegios por una asociación o por particulares cualificados. Toda apropiación fija de probabilidades, en particular de probabilidades de señorío, tiende a la formación de estamentos. Toda formación de estamentos tiende a la apropiación monopolista de poderes señoriales y de oportunidades adquisitivas".
Al estamento, como grupo social, se pertenece por nacimiento, por apellido, por pertenencia familiar, lo que en el caso de las clases dominantes, le confiere aires de sacralización a esta situación estamental de privilegio, más allá de las riquezas que se tengan como propiedad, lo que explica el desdén con que los miembros que se identifican en el estamento dominante miran a los que quieren ingresar a este sobre la base del poder adquisitivo, con lo cual aquí se manifiesta la oposición, la diferencia y tensión entre la situación estamental y la situación de clase puesto que en la concepción weberiana la clase social responde a un orden económico, a una "posición ocupada en el mercado", mientras que el estamento lo hace en función del orden social y cualidades simbólicas, como veremos ahora. En Chile el desdén de la situacion estamental hacia la situación de clase se expresó -y aún lo hace- con el término del "siútico" o "nuevo rico" para referirse a los que pretenden ingresar al estamento dominante a través del poder del dinero, aquellos que en estos tiempos son los llamados despectivamente como los "nuevos ricos" o "rotos con plata". Justamente a una clase social se pertenece por la riqueza, por lo que este factor condiciona la llamada movilidad social, a la cual el estamento trata de rehuir en su situación de automistificación simbólica de superioridad que en Chile también se expresó en el término "gente como uno".
Sin embargo, Weber indica que la clase social es la más cercana al estamento, por lo que esta es la descripción más adecuada para analizar las características que adquirieron los grupos sociales dominantes en América Latina, especialmente en Chile, los cuales no cumplen en la mayoría de los casos con los rasgos que identifica el sociólogo alemán en la clase lucrativa, pues en la formación histórica latinoamericana esta última clase emerge sobre el terreno de la economía de mercado, organización económica-productiva que nunca se ha podido constituir integralmente en la región. En cambio, en una sociedad estamentaria de clases sociales existe una organización económica más cerrada, de carácter familiar y como dice Weber con "condiciones de consumo litúrgico-monopolista, feudal o patrimonial-estamental", siendo una característica que algunos historiadores latinoamericanos han clasificado en el contenido que tienen los conceptos de oligarquía-latifundista, mercantilismo agrícola o burguesía agraria.
E eje central del honor como un ingrediente fundamental de la situacion estamenta también puede relacionarse a una situación de clase, donde las diferencias de clase pueden combinarse con las diferencias estamentales, llegando a tener la posesión de bienes una importancia para el estamento.
Weber advierte que en una sociedad estamentaria con el componente de clase social se generan las condiciones de barrera para la entrada de formaciones económicas más modernas y racionales. "Toda sociedad estamental es convencional, ordenada por las reglas del tono de vida; crea, por tanto, condiciones de consumo económicamente irracionales e impide de esa manera la formación del mercado libre por la apropiación monopolista y por eliminación de la libre disposición sobre la propia capacidad adquisitiva", plantea.
 Las condiciones de consumo irracionales se verificaron en Chile cuando la clase social, denominada como la oligarquía salitrera, no usara racionalmente los recursos monopólicos que tenía, a través del control del Estado que capturó después de la Guerra Civil de 1891, para invertir en un proceso de industrialización, sino que se dedicó al consumo conspicuo de importar bienes de segunda necesidad, como vinos, vajillas y mobiliario, con lo que se comprueban las condiciones de consumo irracional a las que hace mención Weber. Lo que fue una oportunidad de haber impulsado sistemáticamente un plan de industrialización en Chile a inicios del siglo XX fue desperdiciada por una apropiación monopólico-rentista, lo que contribuyó a posponer el desarrollo de una economía de mercado abierta y con mayores niveles de competencia.
Las situaciones estamentales influyen a un nivel subjetivo, en la satisfacción de necesidades que pasan a ser privilegios, los que pueden ser positivos o negativos a la hora de establecer reconocimiento al otro. El análisis weberiano introduce con mayor sistematicidad el rol del estatus en la clase social, que alude a las diferencias entre el prestigio y la reputación, las que pueden ser positivas o negativas, pero que representan la distribución del poder socialsustentado en un sistema simbólico.
La jerarquización es un producto cultural de la situación estamental de los grupos sociales dominantes en Latinoamérica que se basa en las autodenominadas cualidades de sus integrantes como parte del estamento, por lo que consideran negativo aquello que a juicio de ellos no poseen estas cualidades, lo que les estructura una concepción de mundo verticalizada, lo que deriva en el clasismo.
Este útimo se activa cuando desde la lógica que imponen las prácticas estamentales no hay cabida a otros porque no se consideran que compartan "el modo de ser", plasmado en constructos como la raza, la genealogía familia expresada en el "honor" del apellido, y en otras convenciones como la educación.
El apego a las convenciones generadas desde las situaciones estamentales también genera círculos de exclusividad que restringen las relaciones sociales y que se han conformado desde antes de la constitución de las rpeúblicas modernas en Latinoamérica en general y en Chile, en particular. Tanto la situación estamentaria como la de clase social requieren del factor político y económico como control de la producción y del poder desde el Estado o en relación simbiótica con el aparato público para la reproducción de las condiciones materiales de situaciones estamentales como su protección frente a otros grupos sociales que puedan amenazar estas condiciones.

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